El hombre demolido – Alfred Bester

A caballo entre la ciencia ficción y la novela negra, El hombre demolido de Alfred Bester se llevó el primer premio Hugo de la historia.

Ambientada en el siglo XXIV, la novela transcurre en un mundo donde se ha conseguido erradicar el crimen gracias a la presencia de los ésper, un singular grupo de seres humanos telépatas, capaces, gracias a sus dotes psíquicas, de preveerlos. Bester recrea de forma original la comunicación telepática poniendo en letra cursiva los pensamientos, que a veces se muestran en columnas, mezclados o incluso formando dibujos; algo parecido a la escritura «sinestésica» utilizada anteriormente por el autor en Tigre, tigre (Las estrellas mi destino).

En las primeras páginas de la novela, Bester, nos presenta al multimillonario Ben Reich atormentado por recurrentes pesadillas en las que se enfrenta a un hombre sin rostro y obsesionado con la idea de matar a su principal competidor comercial, D’Courtney. Para lograr su cometido Reich acudirá a toda una serie de personajes y artimañas que le permitarán eludir a los ésper, sin embargo, no logrará desembarazarse de Lincoln Powell, un policía espér 1. A partir de la irrupción de Powell en la novela, ésta gira entorno al enfrentamiento que mantienen los dos personajes, lo cual termina haciéndose un poco pesado.

Y es que no es oro todo lo que reluce; a pesar de contar con un principio prometedor, el argumento va perdiendo fuelle página tras página, embrollándose sin ningún motivo aparente más allá de alargar la duración de la historia. No es que sea un libro mal escrito, pero da la sensación de que las ideas no acaban de cuajar.

Mención aparte, merece el final un tanto culebronesco y metido con calzador al más puro estilo deus ex machina, que Bester no duda en endilgarnos.

El hombre demolido me ha dejado tan indiferente como en su día me dejó Tigre, tigre; lo siento por Bester, pero sus libros no son para mí.

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